viernes, 4 de marzo de 2011

Hora de nostalgia.

[17.]


"Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.
Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes,
enterrando lámparas.


Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!
Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías,
molinero taciturno,
se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.


Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.
Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.
Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.
El grito frente al mar, entre las piedras,
corriendo libre, loco, en el vaho del mar.
La furia triste, el grito, la soledad del mar.
Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.


Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla
de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.
Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.
Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.
Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.


Y mi alma baila herida de virutas de fuego.
Quien llama? Qué silencio poblado de ecos?
Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad,
hora mía entre todas!


Bocina en que el viento pasa cantando.
Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.
Sacudida de todas las raíces,
asalto de todas las olas!


Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.
Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad.
Quién eres tú, quién eres?"


Pablo Neruda; Veinte Poemas de Amor y una canción desesperada.



Nieva. Lleva nevando un par de días.Y eso, para bien o para mal, me trae recuerdos.

Pienso en aquellos días, hace ya tiempo, cuando el frío nos envolvía... y sin embargo tu presencia me arropaba.
Te echo de menos. Aunque nunca fuiste mío.

Te echo de menos.



Y no debería hacerlo. No debería dejarme llevar por ello. Vivo en una constante burbuja de autoconvicción.

Pero si tú estas cerca, estalla. Y entonces me doy cuenta, del vacío que has dejado.

Ya tan sólo nos queda el pasado, ¿verdad?

Te echo de menos.


Me gustaría volver atrás, poder hablar cuando no lo hice, decirte mis preocupaciones y mis miedos.
Pero yo, apreciaba el sonido de tu voz en silencio.
Ahora lo pienso y veo que fuí tonta.
Tenía miedo.


Lo pienso y digo; ¿Cómo habría sido?

Te sigo echando de menos.

Y, sin embargo, el tiempo ha pasado.
Hemos cambiado.
Yo ya no soy la niña tonta que callaba ante el esplendor de tu sonrisa.
Tú ya no eres el rostro amable que me miraba a los ojos y sonreía.
Y, sin embargo...

Te echo de menos.

A mi ojos ya tan solo eres un simple amigo. Un extraño. Un desconocido.
Al que ya nunca podré olvidar.

¿Quién eres?

Hora de la nostalgia.

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No os preocupeis, necesitaba deshagogarme en algún sitio y escribo aquí. Mañana estaré bien.


Hay veces en las que no sólo las canciones captan el corazón de una persona.
Neruda me ha enseñado eso.