*suspiro largo*
No sé ni cómo empezar esta entrada.
No tengo conexión wi-fi, y puede que lo que pienso ahora con
respeto a lo que voy a hablar en un par de semanas no signifique nada, pero me
siento en necesidad de explayarme. Y parece que este sitio es el único en que
tengo “libertad de expresión” con muchas comillas.
En internet es usual escudarse tras el anonimato al actuar.
No es sensato dar tus datos, tu dirección, enseñar tu cara, o contar tu
historia personal a completos desconocidos cuyas mentes podrían ser lo más
retorcido que existe. El anonimato es una máscara de protección, un escudo.
Aunque hay mucha gente que gusta de usarlo cómo arma y
arrojárselo a la cara a otras personas, para después ocultar la mano que tiró
la piedra.
En la red, puedes escoger quien quieres ser, puedes formarte
una reputación completamente distinta a la que tienes en la vida real, puedes
decidir quién ser. A fin de cuentas, ¿Qué saben realmente de ti un puñado de
desconocidos?
Personalmente me parece algo que indagar, de estudio
incluso, lo distinta que puede ser la gente cuando está hablando con un
desconocido.
Y es asombroso porque, a menudo, lo que es realmente una
tapadera es tu vida real. Quien eres tu realmente, tu manera de pensar, o de
expresarte, es mucho más fácil de mostrar bajo la ilusión de que es una máscara, y
pensar que hay alguien anónimo, que no tiene ideas preconcebidas de ti, desea,
quiere, prefiere pasar su tiempo libre online tratando de conocer a esa persona
que tratas de mostrar, es extraordinariamente satisfactorio.
Todos los que hacemos vida social online vivimos con un
miedo. El miedo de ver que la persona tras la máscara que has estado tratando
de conocer, sea alguien completamente distinto en la realidad. Miedo de
descubrir que tu mejor amigo peruano en realidad es un pederasta que vive en tu
barrio, o miedo de que aquel de quien crees haberte enamorado en realidad sea
un gilipollas compartiendo unas risas con unos colegas haciéndose pasar por
otra persona.
Son casos muy extremos, ¿verdad? Pero yo conozco muy bien
ese miedo.
Es por eso que, la primera vez que desvirtualizo a alguien,
siempre recupero algo de fe en la sociedad. Pensar que esa persona a la que
apenas conocía de nada, ha formado parte en cosas que la mayoría de la gente
IRL desconoce, y que es real, y existe, y que hay gente buena en el mundo y
solo hay que buscarla, me llena de afecto.
Sin duda internet ha revolucionando las relaciones sociales
tal y como las conocemos. En tal punto, que las generaciones actuales no la
entienden y a menudo la rechazan. Me pregunto si, cuando yo tenga hijos, todo
habrá vuelto a cambiar, y será mucho más fácil comunicarse y conocer gente
nueva.
Me pregunto si será también más fácil dañar a los demás.
Porque es cierto. Hoy día no es necesario conocer a una persona
para hacerla sufrir ¿no es asi? Unas pocas palabras, expresadas de la manera
adecuada, pueden herir de la forma más profunda.
Pero hay gente que no comprende eso. Esa fuerza. La fuerza
que nos da el anonimato.
(Oh dioses, ahora me vino a la cabeza el cómic de V de
Vendetta, o la organización Anonymous ¿Los conoceis? Si sí, seguro que estais
pensando lo mismo que yo.)
Hoy día, algo tan bonito como la comunicación entre personas
anónimas puede ser una fuerza imparable. Sobre todo si esa fuerza se conjura en
un lugar como la red, en este gran baile de máscaras. Una palabra de alguien
influyente en la red puede mover masas de gente anónima.
Gente que no conoce a los demás, que pueden atacar en base a
una idea preconcebida.
Eso en la vida real, es algo impensable.
Y con esto llego al punto que me ha llevado a escribir esta
entrada.
¿De verdad es bueno seguir tan ciegamente algo desconocido?
Una persona con cabeza ni se plantea la respuesta…
…no.
No.
¡No!
¡Claro que no! ¡Es absurdo!
Tenemos derecho a opinar, a mostrar nuestras ideas, a que
nos den la oportunidad de pensar, de indagar, de conocer.
Yo, personalmente estoy harta de callarme, de tener miedo de la opinión de desconocidos
en un baile de máscaras.
Estoy harta de que la gente use el anonimato para escudarse
y crecerse ante otras personas. ¿Por qué lo hacen? ¿Se sienten superior al
resto de los internautas?
Aquí todos entramos con la misma máscara en blanco.
Somos iguales.
Es sinceramente absurdo.
¿O acaso no nacemos todos desnudos y morimos exalando un
último suspiro?