sábado, 17 de mayo de 2014

¿Obsesión temporal o hobbie?

Hoy (¡Gracias a dios!) no vengo con ningún pensamiento tortuoso en la mente. Estoy un tanto melancólica,  ya que hemos asistido a una convención con el pack completo (actividades, compras, grupal de cosplay y sesión de fotos ¡vamos, como en los viejos tiempos!) y me he puesto a pensar cuánto tiempo más durará esta afición hacia esta cultura, este modo de pasar el tiempo libre, las tardes y los días.

Me pregunto cuándo me cansaré de ver series viejas y nuevas, de dibujar a los personajes que las protagonizan, de jugar horas interminables a videojuegos que cambiarán mi punto de vista sobre muchas cosas, de coser noche sí y noche también para estar a punto el día del evento, de reír y bromear, y pasarlo en grande con mis amigos.
De corazón os digo que espero que ese cansancio nunca llegue.

Algunos me llamarán infantil o friki o inmadura, pero sinceramente ¿No tenemos todos derecho a un hobbie? ¿Por qué la cultura del manganime o los videojuegos es un estigma tan grande en la sociedad? hay gente que prefiere pasar su tiempo libre de copas, viendo al novio o a los colegas o yendo al cine (lo cual, no me malinterpretéis, me parece un plan perfecto para cualquier fin de semana y para nada desagradable); pero a mi me gusta mucho empezar series nuevas, ver cosplay de sus personajes, hablar con gente que comparte esa misma afición conmigo. ¡Y las expos y japans son el lugar idóneo para hacerlo!

Vale que los eventos cada vez tienen peor organización, y puede que siempre sean las mismas cosas pero ¿nunca os habéis parado a pensar, que el nivel del diversión es proporcional a lo dispuestos que estemos nosotros a divertirnos? Siempre hay eventos distintos, charlas, exposiciones por ver, ¡y además! ¡la gente no es siempre la misma! es una gran oportunidad para hacer amigos, ¿no es así? sinceramente, no comprendo muy bien a la gente que se "aburre" de asistir a estas celebraciones... quizá algún día lo comprenda, pero no en este momento.

Sin embargo me molesta bastante ver gente que se mofa de esta manera de pasar el tiempo, gente que dice que ya han pasado esa etapa de su vida y que no se ven volviendo a ella, y que sin embargo se meten con aquellos que disfrutamos con ello. ¿Soy yo o me parece un tanto contradictorio? "Vive y deja vivir" decían Timón y Pumba. Si algo no te gusta y no quieres tener nada que ver con ello, ¡qué uso tiene criticarlo y quejarse de las alegrías ajenas! ¿No será que, en el fondo, está hablando la envidia?

Me da mucho que pensar.

Nadie sabe qué aficiones tendrá en el futuro, pero yo me veo perfectamente asistiendo a salones un par de años más, incluso aunque mis amigos y conocidos decidieran cambiar de gustos y tuviera que ir por mi cuenta (no sería la primera, ni la última vez que llego sola a un evento, y vuelvo con 10 contactos nuevos con los que pasar el tiempo libre) , siempre me ha gustado cosechar nuevas historias ¡Llamadme inmadura si queréis, pero yo sé perfectamente dónde buscar la diversión!.

Y con estas cavilaciones me despido hasta otra entrada.

domingo, 16 de febrero de 2014

Una se acaba cansando.

Hoy vengo con un pequeño pensamiento al blog, un pensamiento venenoso, que probablemente me costaría mucho si llegase a extenderse.

Me he dado cuenta de que estoy cansada.

Cansada de ser una estúpida.

¡Porque no lo soy!

Estoy cansada de preocuparme por problemas que no son míos, por las batallas de otras personas, personas que tan solo me dan una palmadita en la espalda por participar.

¿Que acaso no se dan cuenta de lo mucho que me esfuerzo? De que acabo recibiendo más heridas de las necesarias. ¿De que no es mi obligación estar ahí? De que lo hago porque quiero.

Estoy cansada de que personas que no me conocen se atrevan a juzgarme.

¿Que acaso cuesta tanto acercarte y saludar? Descubrir por uno mismo las distintas facetas de una persona, antes de hacerte una idea truncada de ella.

Estoy cansada de que se aprovechen de mi personalidad.

Por que, parece que lo que antes era un favor agradecido ahora se convierte en una obligación forzada. Si me niego a hacer algo, entonces la mala soy yo, claramente.

Estoy cansada de alargar el brazo para alcanzar a los demás, y que esas personas no muestren ni el más ligero interés en cogerme la mano y rezagarse. Caminar a mi lado.

Estoy cansada de aguantar berrinches inmaduros , que provocan discusiones tontas ¡Que no deberían haber surgido en el primer momento!

Estoy cansada de los gritos.

Estoy cansada del miedo.

Estoy cansada de llorar y luego sonreír cómo si no pasase nada.

Pero sobre todo...

¡Sobre todo!

Estoy cansada de sentirme sola.

Parece que ese es mi único cometido y estoy harta. Harta de cambiar para no ser aceptada. Harta de tratar de ser perfecta, cuando está claro que no lo soy.

Harta, harta, tan harta...

Tan harta que muchas veces pienso en qué es lo que me ha llevado hoy aquí, en cómo sería mi vida si no hubiera tomado determinadas decisiones.

¿Me sentiría sola y estúpida, en un mundo lleno de seres egoístas, o formaría parte de ellos y conseguiría (¡Al fin!) estar acompañada?


Por ahora solo puedo esperar y desear que las cosas cambien.

Esperar en silencio, oculta, sola y, sobre todo, muy cansada.