"El ser humano es una criatura sociable."
Es cierto que las personas necesitamos rodearnos de gente
para coexistir. Hay muy poca gente “realmente antisocial”. En el sentido más
estricto de la palabra.Todos necesitamos lazos, uniones, hilos, que nos
conectan los unos a los otros. Pueden ser lazos afectivos. Lazos familiares.
Lazos.
Siempre hemos de tener a alguien que nos apoye. Porque
sostener el peso de uno mismo, a veces se hace muy duro. Estar realmente solo
es, en mi opinión, un peso de infinita crueldad.
Todos tenemos miedo de la soledad.
Y es por eso que, directa, o indirectamente, nos rodeamos de
personas que comparten ese mismo miedo, personas compatibles con quien pasar
nuestros momentos, con quien sentirnos cómodos. Establecemos relaciones. Pero
hay momentos en las que esas relaciones han de ser reguladas.
En realidad, todos esos lazos están clasificados, según su
origen, su tipo , lo que los hace fuertes, su duración. Todo, todo, es una gran pirámide.
Es por ello que en su cúspide, no puede haber demasiados
lazos, porque entonces esas relaciones estarían destinadas a descarrilar, a
despeñarse por las aristas, y a perderse en el vacío. Pero tampoco puede haber
una pirámide sin base, porque en caso de que la parte superior se desgastase, podríamos topar con el vacio más
rápido de lo que pensamos.
Nos necesitamos los unos a los otros. Pero también
necesitamos nuestro espacio.
Amor, amistad, compañerismo, simpatía ; son distintos grados
de una misma cosa y el necesitarlos no nos hace débiles, simplemente nos hace
más humanos. Pero hemos de saber diferenciar un tipo de lazo de otro, y hemos
de saber retirar aquellos que sólo peligran enmarañar nuestra red social, y
guardar muy dentro aquellos que mantienen unidas las piezas que conforman
nuestra alma.
Y hemos de saber respetar a aquellos que hacen sus
decisiones con respecto a sus lazos, hemos de tratar de comprender sus motivos.
La base de las relaciones es el respeto, y la confianza, da igual el tipo de relación
que sea. Una amistad, o una relación amorosa nunca puede ser forzada,
simplemente surge y ya está. ¿No es cierto? Surgen de cosas pequeñas, cómo
demostrar que estas cerca cuando te necesitan, mostrar afecto aún sin necesitar
un motivo en especial. Gestos, expresiones, risas.
Es por eso que no comprendo demasiado bien a aquellas
personas que van detrás de los demás...
O quizás si. Tienen miedo de no valer lo suficiente por sí
mismos. De que nadie repare en ellos.
Pero tampoco comprendo a esas personas que toman un lazo
fuerte, se lo atan al cuello, y pretenden usarlo para demostrar lo mucho que
valen.
A veces pienso que algunas personas se lo atan demasiado
fuerte.
Tan fuerte que no les llega el oxígeno al cerebro.
Y me da mucha lástima.
Somos P E R S O N A S.
TODOS sentimos, sufrimos, reímos, lloramos, callamos y nos
enfadamos.
¿Qué tiene de especial tener un lazo más o un lazo menos? ¿
Acaso nos hace mejor personas una pirámide más bien cónica o más cuadrada?
Ciudad de vuestros lazos.
Porque a pesar de que se corten siempre quedará un extremo
suelto atado a nuestro corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario